lunes, 6 de agosto de 2012

"Como rosas marchitas"

Acaricio las teclas y me suenan extrañas, como lejanas, como si fueran desconocidas desde que se inició el verano. Y en cierto modo no me sorprende, he descuidado las palabras como lo hice con una mujer una vez y ahora que estoy aquí sentado, con mis teclas extranjeras y mi pecho hecho un nudo, la recuerdo en silencio, pensando en lo que pudo ser y nunca fue, en lo que soñé y siempre me desperté antes de ver su final, pensando en aquel ayer, que nunca volverá.
Cuántas veces oímos "uno no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde", y sí, es cierto, siempre pasa, pero a veces es necesario perder porque se tiene demasiado, bien hablando de dinero, de casas, o de amores a los que no se les prestó la suficiente atención.
Las personas no somos plantas que necesitan solo luz y comida diaria, tú, querida, no solo deseabas dinero en la cuenta corriente a principio de mes para pagar el alquiler, tú añorabas que al llegar con el sobre azul vacío tras haberte visto con la casera estuviera yo allí para abrazarte, para tumbarnos en el sofá y contemplar la inmensidad de tu piel, sin embargo, yo andaba por el trabajo, yo nunca estaba.
Y así pasamos los días, como lo pasa la gente ahora, pensando en nuestro propio ombligo y sin acariciar el del otro de vez en cuando.
Te convertiste en una rosa, inmóvil en tu maceta y te fuiste marchitando porque ya mi agua y mi sol no te servían para vivir, porque no había sentido en tu vida si solo te acompañaba el silencio.
¿Cuántas veces le grité a Dios aquel día? ¿Cuántas veces le grité para que me llevase a mi también? Cuántas veces grité hasta que me dijo: No, tú no, no quiero que le vuelvas a hacer sufrir.
Y fue entonces cuando me di cuenta de que no había luchado por ti, por aquello que quería, que yo como los demás se lo había dejado todo al destino, y ahora solo cosechaba silencio.
Los días pasaron y me fui consumiendo sentado frente al escritorio,quieto, la comida no me mantuvo porque tú no me la dabas, la luz tampoco pues luego venía la oscuridad, y hubo un amanecer, que no me llamó el despertador, todo estaba callado y la negrura me pareció eterna.
-Uno da lo que recibe-pensé.


                                       "Lucha por lo que te importa, no sabes cuanto resitirá sin ti"                                                                                              

                                                                                                     Arturo G.Z.

1 comentario: