En esta noche gélida no tengo ganas de hablar de
eternidades, ni de vacíos , ni del tiempo, ni del silencio, ni de la vida.
No quiero hablar de sueños ni de victorias, ni de derrotas
de otros anónimos.
No quiero contar el paso de las libélulas ni de las abejas
que se encuentran con un tarro de miel extranjera.
No quiero relatar existencias de derrotados, ni de
vencedores que erigen arcos del triunfo.
Por no querer no quiero escribir sobre versos de melancolía,
no rezaré por una amada escondida tras el último torreón de la azotea.
No encenderé el interruptor de la historia, ni abriré el
arcón de las tempestades de viejos cuentos de amor que se perdieron al apagar
las velas del décimo cumpleaños.
No me reencontraré hoy con el hálito de los llameantes
recuerdos, ni le daré una última calada a la dulzura de la almohada de la
soledad.
Hoy no seré quien fui, porque mañana no seré quien soy.
Hoy no seré quien eres, porque mañana no serás quien soy.
Hoy me conformaré con ser agua, un líquido cristalino que
correrá por la vida sin impedimentos, que se deslizará por las calles, las
aceras, los árboles, las flores, los
fregaderos, las latas tras salir del congelador, un agua que cubrirá con su
manto la tierra, los ríos, los mares, los océanos, tu pelo.
Un agua que saciará tu boca y tu vida y que cuando huya por
tiempo indefinido te marchitará su
ausencia como las rosas se quedan sin
aliento en verano.
Pero yo, yo siempre volveré para que no te marchites.
Yo siempre regresaré
con las nubes porque comprendo que estoy condenado a evaporarme y condensarme
para acabar con el paso de las golondrinas y de los día siempre a tu lado, una
y otra vez, como una peonza que se aleja para volver con el tiempo al mismo eje del que se marchó.
Aprovecho para poner una foto en la que salgo que tomó mi amigo Sergio Rodríguez durante el rodaje de "La frontera de tus ojos" que tuve el placer de escribir el guión y dirigir posteriormente. Llevo año y meses inmerso en rodajes con fines solidarios, lo cual me ha hecho en cierto modo "olvidarme" de las letras y del blog no obstante, dicen que lo que se ama de verdad siempre regresa y en este caso, yo, el amante, vuelvo para quedarme. Inmerso en mi andadura como estudiante de filología hispánica y últimando mi primera novela.
Nos leemos pronto.
Un abrazo.
Arturo G.Z.