"La pérdida de la infancia".

Ahora en estas fechas tan señaladas podría hablar de amistad, fraternidad, amor, altruismo y mil grandes cosas más que caracterizan a la Navidad.

Pero vi necesario hablar de algo que en estos tiempos parece que se está implantando en las cartas donde los niños piden regalos a los reyes del lejano Oriente.

Hablo de la pérdida tan temprana de la infancia, de que ahora los sobres de los más pequeños estén llenos de consolas, de videojuegos, de palabras que esconden una ilusión de madurez de un chico de ocho años que dejó sus soldaditos de plástico por una pantalla.
No puede darnos igual que nuestros hijos sueñen e imaginen con los pequeños detalles de la naturaleza, con un muñeco vestido de soldado que libra las más duras batallas entre una montaña de plastilina, a que esos mismos niños adoren juegos que se reflejan en una frío televisor, donde la enseñanza no es "lucha por tus sueños", sino "acaba con todo".
Los niños son el futuro, hay que fomentar que sueñen, no que sean esclavos de las máquinas.
Hay que dejar que disfruten con sus muñecos, con sus coches teledirigidos, sus pistolas de agua, sus balones de fútbol, con su relación con los demás amigos que se forja entre cada gol, y no dejarse vencer por los anuncios publicitarios que aseguran que lo que hace más feliz  a un crío de ocho años es una consola, ya que si te fijas bien, todo eso es mentira, lo único que consigues es que tu hijo de ocho años se haga caprichoso, débil, inmaduro, y lo peor de todo, solitario.

Gracias a todos los lectores/as que me acompañáis un año más o que os pasáis por aquí por primera vez, os deseo a todos que vuestras ilusiones se cumplan en este año nuevo que entra, y ante todo: !Feliz navidad y un próspero año nuevo!
                                                                                                             Arturo G. Z.